12.7.06


Desde hace varios días la prensa británica rumoreaba su fallecimiento.
Pero la muerte de Syd Barret, fundador - junto a Roger Waters, Nick Mason y Richard Wright- de Pink Floyd, fue confirmada ayer por los voceros de la banda.
Sus ex compañeros serán los encargados de entregar más detalles sobre el deceso del mito del rock. Por el momento, se sabe que murió a causa de algunas complicaciones relacionadas con su diabetes y que tendrá un funeral íntimo.
Vivía en Cambridge, Inglaterra, donde nació hace sesenta años y donde permanecía recluido desde hace varias décadas, cuando sus desequilibrios emocionales, consecuencia de los poderosos cocktails de LSD, lo obligaron a dejar la música para encerrarse en la casa de su madre.
Fue desde su separación de Pink Floyd, allá por el año 1968, que Barret había perdido contacto con su público.
De vez en cuando algún medio británico lo despertaba de su letargo mostrando a un gordo calvo sacando la basura de su casa o caminando sin sentido por su jardín.
Su conexión con la realidad se había reducido a las inusuales visitas de los miembros de la banda que aún recuerdan aquel día, durante la grabación de El lado oscuro de la Luna en el que una figura alta y calva se apareció en la cabina de grabación para recomendarle algunos acordes a Gilmour y Waters, y disfrutar un día con sus viejos amigos.
Barret había conocido a Roger Waters y a David Gilmour en la Cambridge High School para varones.
A los 15 años, ya tenía su primera guitarra eléctrica y hasta había fabricado su propio amplificador.
Su pasión por el blues lo llevó a bautizar a su banda en forma de homenaje a dos viejos y oscuros músicos del género: Pink Anderson y Floyd Council.
Los primeros temas del grupo, que debutó en vivo en el Roundhouse el 15 de octubre de 1966 y que conoció el éxito con su tema See Emily Play, fueron compuestos por Barret, siempre visto como una persona retraída y silenciosa.
El alejamiento de Barret de Pink Floyd se hizo evidente durante una gira por Estados Unidos cuando falló al doblar las voces durante un programa de televisión.
Además, fue incapaz de contestar las preguntas que le hicieron en otro show del tour. Parecía que no había retorno.
Waters tomó las riendas de la banda y convocó a Gilmour, viejo amigo de Syd, para reemplazarlo.
Sobrevivió como pudo a los ´60. Incluso, se dijo que había mejorado levemente –su estado mental- antes de morir.
El músico, que alumbró los primeros delirantes discos psicodélicos, le dio a la banda una impronta única, convirtiéndola –y convirtiéndose- en objeto de culto.
Su enfermedad influyó fuertemente a muchos músicos pero, en especial, a sus propios compañeros de Pink Floyd que le dedicaron maravillosas canciones como Shine on You Crazy Diamond y Brain Damage.
Hoy, más fuerte que nunca, van a cantar Wish you were here, Syd.

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